Antaño la ética y los códigos del deporte eran otros, y algunos rozaban el salvajismo.
No fue de extrañar que este notorio pugilista haya sido juzgado posteriormente por fajar a la Muñiz. Pero nadie condenó el uso ilegal de mondiolas en el cotidiano entrenamiento.
Mondiolas destinadas a la buena mesa terminaban hechas trizas literalmente y utilizadas como relleno clandestino de colchones.
Para reflexionar el domingo en la sobremesa, eh.
Monzón, en plena práctica, entrandole despiadadamente a una mondiola.
Un ciudadano en todas las de la ley, entrándole bien a una mondiola.
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domingo, 6 de diciembre de 2009
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